Van a hacer casi seis años que estoy soltera. ¡Seis años! nunca pensé que iba a llegar a tanto! Por momentos ya me parece que así será, que debo resignarme y listo… pero quién sabe…
En estos casi seis años me ha pasado de todo, cosas que escribí, cosas que no. Con el tiempo perdí la práctica y la costumbre de sentarme acá a escribir… Pero hoy algo me quedó resonando y me empujó a volver a sentarme acá frente a la pantalla… fue un pensamiento fugaz, la idea de que en los últimos tiempos todas las «redes» que en teoría servirían para relacionarse con seres del sexo opuesto, casi sin darnos cuenta nos vienen sirviendo más para contactarnos entre nosotras que con ellos, que al fin y al cabo están hechos unos pelotudos… No sé si es el «universo» empujándonos al lesbianismo… o a la sororidad…
Les quiero contar una historia. La historia de «Las chicas de Badoo»
Hace más o menos cuatro años, Badoo tuvo la maravillosa idea de inventar los «comentarios secretos». Ahhh… ¡que tiempos aquellos! ¡Como nos reíamos!! Resulta que en los perfiles de los caballeros aparecía una opción para que las mujeres dejáramos comentarios sobre ellos. De esto por supuesto ellos no sabían nada, esos comentarios solo podíamos verlos nosotras. En principio eran para cuidarnos y advertirnos algunos riesgos, como -ojo, es casado. o -miente, tiene varios perfiles, e incluso cuidarnos de estafadores o violentos, pero como pasa con todas las cosas de a poco fueron degenerando. Se volvieron comentarios cómicos acerca de las fotos, de los perfiles, de su ortografía y de lo que decían. De un día para el otro se volvieron mucho más divertidos los comentarios, y ese intercambio cómplice entre mujeres que los mismos perfiles o los vínculos posibles con ellos. Una entraba a Badoo solamente a pasar perfiles hasta encontrar uno con muchos comentarios y darse una panzada. Nos moríamos de risa frente a la pantalla. Por supuesto no podían durar… de a poco ellos se fueron enterando y sus quejas se hicieron escuchar hasta que así como aparecieron dejaron de existir. Pero mientras duraron fueron geniales… un día en el perfil de un caballero bastante particular que tenía muchísimos comentarios surgió una idea. ¿Y si armamos un grupo? Al principio no sabíamos ni como, pero alguna sugirió un grupo en facebook y así se hizo. Se llamó «Las chicas de Badoo» y de a poquito empezó a crecer y crecer boca a boca, comentario a comentario. Como toda construcción grupal no fue sin conflictos… hubo idas y vueltas, peleas, expulsiones y quejas, pero de a poco se fue construyendo una idea, un modo de relacionarnos. Y apareció el concepto de «sororidad*».
La sororidad es un pacto social, ético y emocional construido entre mujeres. Es saber ante todo, que juntas somos más fuertes que por separado, que el empoderamiento solo es posible si creamos fuertes alianzas entre nosotras, tratándonos como hermanas y no como enemigas. Una relación fundamentada en nuestra valía como colectivo con la intención de generar un auténtico cambio en nuestra sociedad.*
La idea básica de que entre nosotras somos cómplices, no enemigas. Que el compañerismo entre mujeres pesa más que un pelo de p#j@ y que no vale la pena pelearnos por ellos. Nos fuimos construyendo como amigas y compañeras, nos empoderamos, realmente nos cambió la cabeza. No fue fácil y entre medio de todo eso un día nos levantamos y el grupo no estaba más. Nos los habían denunciado y tuvimos que volver a armarlo, una por una, encontrándonos por mensajes privados y por contactos en común. Hoy en día el grupo sigue existiendo, con otro nombre por supuesto, pero con un claro objetivo en común. Encontrarnos, compartir, ayudarnos, cuidarnos, reirnos. De ese grupo surgieron amistades, grupos de whatsapp, encuentros, ideas.
Creo que tras todos estos años de soltería esa construcción es lo más valioso que me han dejado las redes.
¿Y los hombres? Bien, gracias.
*https://www.significados.com/sororidad/