97. Por fin, Vacaciones (4)

Esa misma noche fuimos al boliche, como ya se estaba haciendo costumbre. Al rato cayeron los pendejos del hotel, que nos habían escuchado decir durante la cena que íbamos a estar en ese boliche, que por otro lado es el más grande de ese balneario de la costa, y creo que el único que estaba abierto a esa altura de la temporada todos los días de la semana. Empezamos a bailar en grupo, nosotras tres con los chicos del hotel, y los RRPP del boliche de los que nos habíamos hecho amigas iban y venían.  La Colo y La Morocha ya le habían echado el ojo cada una a uno de los pendejitos. A mi no me convencían, eran de verdad muy pendejos, apenas pasaban los veinte. Seguimos bailando mientras tomábamos uno que otro trago y nos moríamos de risa, hasta que vemos entrar a los dos dormidos de la playa: Toto y Ricardo, que se unieron al grupo y empezaron a bailar con La Colo y La Morocha. La situación empezaba a ponerse rara y me escapé, las dejé tranquilas que vieran que onda. A mi no había nada que me interesara por ahí. Me fui a la barra de afuera a tomar algo con mis amigos RRPP del boliche, que me presentaron a otro, El Rubio. El Rubio era también relaciones públicas de ese boliche de la costa y de otro muy top de capital, en palermo. Me dió su tarjeta (¿Porqué será que los RRPP andan dando tarjetitas por ahí como si fueran importantes??) y empezamos a hablar. Estaba bueno, aunque los rubios en general no son mi estilo. Tenía lindos ojos azules, buen bronceado y una sonrisa perfecta, aunque era medio petisito. Y yo estaba taaaan aburrida mientras mis amigas se entretenian entre lerdos y pendejos que me quedé hablando con él. Me contaba de la casa donde paraban los chicos que trabajan en el boliche a la que cómicamente habían bautizado «la casa de gran hermano». Una casa grande en la que todos tenían que convivir, y contaba anecdotas de la convivencia, el desorden, la ropa, las comidas. Mientras  se daba chapa contándome que él era el encargado del VIP. ¿A quién carajo le importa nene? ¡Trabajás en un boliche, no te la des de importante! Pensaba para mí, pero seguía hipnotizada por sus ojos azules y su blanca y enorme sonrisa. Empezó a darme unos besos ahí nomas en la barra y lo dejé, no estaba mal y de paso me levantaba un poco la autoestima. Un poco más tarde me invitó a conocer el salón VIP, y lo dudé un poco, pero me agarró de la mano y me llevó, y yo lo seguí…

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6 comentarios en “97. Por fin, Vacaciones (4)

  1. Nas!!

    (jajaja, le has atinado, lamento no haberlo aclarado antes, pero ya estoy tan acostumbrada a usar el «nas» al comenzo de todos mis comentarios que ni me acordé que el resto del mundo no tiene idea de a que me refiero xD, pero si, es una forma muy corta de saludar «Bue–nas–«)

    En fin, creo que P Granovky está impaciente por la contunuación y por eso el «tic tac tic tac» XD

    Yo también estoy impaciente, ¿que pasará con el Rubio? me pregunto… Esos ojos azules combinados con una sonrisa perfecta me temo que le han ganado a sus aires de superioridad jajaja…

    No me quiero adelantar a nada así que esperaré tranquila, procurando no morderme las uñas XD

    Nos estamos leyendo, hasta entonces…

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